Por Ramiro Lopez - Partido Solidario Tucumán
Y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos.
Esas palabras del uruguayo Mario Benedetti, serían las apropiadas para llenar de significados lo que sucedió en la marcha a la que asistimos el viernes 1ro de septiembre.
¿Porque asistimos? Por varias razones. Por varios hechos que nos reclaman como ciudadanos ponernos de pie y decir: "para la mano". Por seguir gritando cada vez más fuerte "presente" cuando alguien grita "30000 compañeros desaparecidos"; cuando alguien grita "Santiago Maldonado". Porque no tenemos dudas de que esto es un plan programado para generar no solo control sino, sobre todo, miedo. Porque tampoco es casual que se la agarren con los pueblos originarios en tierras ancestrales apropiadas por un italiano, con el que solo compartimos el color verde, y pare de contar. Por lo que paso, y por lo que lamentablemente pasa en nuestro País, en nuestros trabajos, en nuestros hogares. Ahora ese control, ese miedo, lo quieren llevar al único lugar donde nos creímos actores. Donde nos creímos dueños. Donde la democracia deja de ser meramente electoral, para ser una democracia participativa. Porque una cosa es que no nos escuchen, y otra diferente es que no nos dejen expresarnos. Así no se puede... así no vamos bien.
¿Dónde asistimos? Partimos de la plaza Yrigoyen, que está al frente del palacio de Justicia Provincial, y marchamos por varias arterias de la ciudad histórica de los argentinos. Nuestras banderas verdes, nuestras frases representativas en ellas y nuestros cantos que muchas veces fueron acompañadas por los bocinazos de los automóviles y motocicletas circundantes, se encontraron con compañeros de otras agrupaciones y ciudadanos de a pie, y confluimos en un solo acto al frente de la Casa de Gobierno, en la Plaza Independencia. Con cada grito, con cada canto, cada vez se iba homogeneizando más esa plaza llena de colores, llena de banderas. Del United Colors of Benetton -defendida a capa y espada por el Gobierno Nacional- a "los colores unidos en la plaza".
¿Quiénes asistimos? Sería tan fácil decir: en unidad marchamos. Sería tan de manual decir: el dialogo nos une. Nosotros creemos en la construcción solidaria. Los significados que les dimos en esa marcha a todo lo gestual, literal, colores, cantos, etc. Llenamos conjuntamente de significados dichos espacios. Posiblemente hace unos años, nos encontramos en las mismas marchas, pero con diferentes camisetas. Posiblemente nos cruzamos sin registrarnos, sin saludarnos. Ese día nos supimos ver en el otro, aquello que hay de "nosotros". Pudimos identificarnos y coordinarnos. La alegría de los adultos mayores, y la sorpresa de los jóvenes. La energía que despertaba en aquellos, y el asombro de la historia que estudian los pibes hecha carne y hueso en el relato de los "retirados". Eso... volvimos a la actividad. Inyectamos con energía a aquellos que se creían retirados. Inyectamos de historia a los jóvenes que por obligatoriedad los hacen vivir en la teoría. Compensamos. Mensuramos. Porque lo que paso hoy, lo dijimos ayer. Gritamos bien fuerte, aquellas frases que creímos tenerlas ya en un cofre. Aquellos cantos que hace unos cuantos años algunos de nuestros compañeros entonaban y pensaban que nunca más volverían a entonar. Hicimos salir a aquellos que estaban en su zona de confort, de pasividad, de verla pasar por la tv, de preocuparse a OCUPARNOS SOLIDARIAMENTE.
Como al bailarín el escenario, como al carpintero la madera, la militancia en la calle hace las veces de práxis a todo político. Acá en Tucumán, no se rinde nadie.
