Por Lic. Víctor A. Luna Cuevas
Presidente Junta Promotora Partido Solidario - Tucumán
En política no hay silogismosPor Lic. Víctor A. Luna CuevasPresidente Junta Promotora Partido Solidario- TucumánHoy, a una semana de las PASO, resultaría fácil caer en dos errores. El primero sería considerar estas elecciones como de poca importancia porque son de medio tiempo, cuando en realidad son de mayor relevancia por cuanto se pone en juego el apoyo legislativo en ambas cámaras para continuar en el rumbo de un proyecto social, político y económico iniciado en el 2003, en el que lo conseguido fue mucho, pero aun falta mucho más. Enumerar todos los logros sería recurrente para quienes venimos acompañando esta década ganada y la construcción de un espacio político que sume a la consolidación, desde el poder, de una sociedad más justa, igualitaria y solidaria.El segundo error sería pensar que estamos frente a una contienda electoral de carácter local, o que sólo se plebiscita una gestión provincial. En realidad, se trata de una cuestión política de gran trascendencia: estamos nada más ni nada menos que en la decisión de apoyar, con nuestra militancia y nuestro voto, al proyecto nacional que encabeza la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el cual abrazamos convencidos de sus virtudes y de que necesita asegurar su continuidad e ir por otra década de mayor justicia para todos. El proyecto político debe continuar para garantizar que en nuestra Patria la Asignación Universal por Hijo se transforme en un derecho permanente del salario familiar y para conseguir que el trabajo digno y registrado sea universal. Aspiramos también a que el salario no sea considerado ganancia, para lo cual tendremos que ir hacia una justa y equilibrada reforma tributaria. Así, quedan muchas otras cuentas sociales pendientes de realización. De la decisión que tomemos el 11 de agosto y el 27 de octubre dependerá que el proyecto nacional y popular se profundice, nuestras convicciones se consoliden, y vayamos superándonos en la elección de los mejores ciudadanos para que nos representen en las instancias electorales de la democracia. El voto en blanco, la abstención o el voto castigo sería no entender la realidad política y electoral ante la que nos enfrentamos, tan sólo le sumaría a una oposición sin propuestas, fragmentada y antagónica, un poder que nuestros principios no deben conceder. La libertad de conciencia es un derecho como lo es la libertad de elegir. Pero no nos confundamos al momento de hacerlo, pensando sólo en cuestiones circunstanciales que nos alejan de los temas principales. Este proceso transformador y revolucionario que tanto valoramos en todos sus aspectos, necesita contar con los legisladores suficientes para que nuestro desafío como distrito sea cada ves más coherente. En política no existen los silogismos. Hoy, más que nunca, se necesita de una militancia esclarecida del valor y el sentido de su voto para acompañar a nuestra Presidenta a cumplir el legado dejado por Néstor. Hacer la huella más profunda aun, para los jóvenes que hoy comenzaron a creer que la política, es la forma de la transformación necesaria para sus hijos y los hijos de sus hijos. Tengamos memoria compañeros, y ejerzamos con esa responsabilidad nuestro sagrado derecho de sufragar en una, aun joven y por ello frágil, democracia. Vamos a triunfar.
Hoy, a una semana de las PASO, resultaría fácil caer en dos errores. El primero sería considerar estas elecciones como de poca importancia porque son de medio tiempo, cuando en realidad son de mayor relevancia por cuanto se pone en juego el apoyo legislativo en ambas cámaras para continuar en el rumbo de un proyecto social, político y económico iniciado en el 2003, en el que lo conseguido fue mucho, pero aun falta mucho más. Enumerar todos los logros sería recurrente para quienes venimos acompañando esta década ganada y la construcción de un espacio político que sume a la consolidación, desde el poder, de una sociedad más justa, igualitaria y solidaria.
El segundo error sería pensar que estamos frente a una contienda electoral de carácter local, o que sólo se plebiscita una gestión provincial. En realidad, se trata de una cuestión política de gran trascendencia: estamos nada más ni nada menos que en la decisión de apoyar, con nuestra militancia y nuestro voto, al proyecto nacional que encabeza la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el cual abrazamos convencidos de sus virtudes y de que necesita asegurar su continuidad e ir por otra década de mayor justicia para todos. El proyecto político debe continuar para garantizar que en nuestra Patria la Asignación Universal por Hijo se transforme en un derecho permanente del salario familiar y para conseguir que el trabajo digno y registrado sea universal. Aspiramos también a que el salario no sea considerado ganancia, para lo cual tendremos que ir hacia una justa y equilibrada reforma tributaria. Así, quedan muchas otras cuentas sociales pendientes de realización. De la decisión que tomemos el 11 de agosto y el 27 de octubre dependerá que el proyecto nacional y popular se profundice, nuestras convicciones se consoliden, y vayamos superándonos en la elección de los mejores ciudadanos para que nos representen en las instancias electorales de la democracia. El voto en blanco, la abstención o el voto castigo sería no entender la realidad política y electoral ante la que nos enfrentamos, tan sólo le sumaría a una oposición sin propuestas, fragmentada y antagónica, un poder que nuestros principios no deben conceder. La libertad de conciencia es un derecho como lo es la libertad de elegir. Pero no nos confundamos al momento de hacerlo, pensando sólo en cuestiones circunstanciales que nos alejan de los temas principales. Este proceso transformador y revolucionario que tanto valoramos en todos sus aspectos, necesita contar con los legisladores suficientes para que nuestro desafío como distrito sea cada ves más coherente. En política no existen los silogismos. Hoy, más que nunca, se necesita de una militancia esclarecida del valor y el sentido de su voto para acompañar a nuestra Presidenta a cumplir el legado dejado por Néstor. Hacer la huella más profunda aun, para los jóvenes que hoy comenzaron a creer que la política, es la forma de la transformación necesaria para sus hijos y los hijos de sus hijos. Tengamos memoria compañeros, y ejerzamos con esa responsabilidad nuestro sagrado derecho de sufragar en una, aun joven y por ello frágil, democracia. Vamos a triunfar.